Lavado de Dinero

Prevencion de Lavado de Activos

Las Entidades Financieras y Bancarias enfrentan un aumento en las multas por lavado de activos

Tras la llegada del COVID-19 las Entidades Financieras y Bancarias, continúan con el reto ineludible de adaptarse al contexto actual para disminuir los riesgos operacionales y así emprender nuevamente la economía local.

Es importante destacar que el riesgo de lavado de activos es inherente a muchas actividades económicas, no es exclusivo del sistema financiero, a pesar de que definitivamente son los que normativamente están llamados a implementar un sistema de gestión para mitigar el mismo.

A fines de agosto de 2020, las autoridades de todo el mundo habían emitido multas por valor de $ 5.6 mil millones a los bancos por incumplimiento de las regulaciones contra el lavado de activos.

Aunque la cifra representa un 30% menos en comparación con el mismo periodo de 2019, la baja se debe a las interrupciones relacionadas con el COVID-19 a principios de año. La pandemia y cuarentena provocaron retrasos en las investigaciones de los reguladores y las agencias de aplicación.

Sin embargo, a medida que las autoridades se adapten a la nueva normalidad laboral, es probable que la cifra aumente hacia finales de 2020.

Se estima que los niveles totales de multas a nivel mundial estarán “más o menos a la par, si no por encima de las cifras del año pasado”.

Las sanciones globales totales por modelos ineficientes de prevención de riesgos de lavado de activos alcanzaran los $ 8.4 mil millones.

El Financial Times de Londres informó en septiembre que la FCA había suspendido siete de sus 14 investigaciones penales sobre infracciones de lavado de activos, producto de la pandemia, y que aún no ha iniciado los procesos judiciales en el Reino Unido.

Mirando más allá de 2020, los bancos también pueden esperar ver investigaciones y sanciones financieras en relación con la mala conducta durante la pandemia de covid-19, según los expertos.

Los bancos deben implementar “nuevos enfoques” y profundizar sus modelos para prevenir, detectar, evaluar y mitigar el riesgo de lavado de activos, debido a que producto de la pandemia del COVID-19 esta práctica se ha incrementado considerablemente.

Las entidades financieras deben abandonar el enfoque tradicional de “conozca su cliente (KYC)” y transformarlo en “conozca sus riesgos (KYR)” aplicando las mejores técnicas y prácticas que a nivel mundial se hay desarrollado recientemente.

La capacitación y la actualización profesional es una inversión, no un gasto, y no debe relegarse a un segundo plano.

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