La respuesta es sí.
En el ámbito normativo, se han aprobado varias convenciones internacionales que exigen que los países signatarios tipifiquen como delito el soborno y tomen medidas eficaces para prevenirlo y abordarlo.
La responsabilidad de las personas puede incluir encarcelamiento, multas y despido, mientras que para las organizaciones conlleva multas, inhabilitación y rescisión de contratos. Las fiscalías de todo el mundo están investigando y procesando a empresas e individuos por soborno.
Las empresas parecen están respondiendo al entorno ético cambiante incorporando la ética como uno de sus valores fundamentales. Según Neill Stansbury, presidente del Comité de Normalización Internacional ISO en Sistemas de gestión contra el soborno: “Una buena gestión en el gobierno, en las empresas y en los proyectos puede reducir sustancialmente el soborno. Debe tratarse de manera similar a la gestión de calidad y seguridad “.
Stansbury dice que muchas empresas están mostrando interés en la nueva tendencia. “Un número significativo de empresas a nivel internacional ha respondido al cambiante entorno legal y ético implementando sistemas de gestión antisoborno dentro de sus organizaciones, en parte porque es lo correcto y en parte para asegurar que la organización y sus empleados no caigan en incumplimiento de normativas y mitigar los riesgos de soborno, fraude interno y fraude externo.